Kahlo tenía una personalidad atrayente, sugestiva, libre. Era una artista cuya vitalidad sensual surge de sus propias experiencias, Al igual que esta artista mexicana, la ibarreña Blanca Vásquez con sus pinturas impresiona, obsesiona y atrae, ya que tienen intensidad y fuerza expresiva que transmiten una gran carga emocional. Su pintura sencilla, ingenua, conmueve, impresiona profundamente. Hay algo que va más allá de su pintura, de su arte, es indescriptible y misterioso.
Cada obra de esta artista es un fragmento de la realidad paralizada en un momento y extraída de su contexto para permitirnos reconstruir una realidad trascendente, que va más allá de su propia existencia, para revelar el misterio que se encuentra oculto tras el velo visible de las imágenes, colores, y formas.
Cuando observó sus obras me surge el deseo de explorar su vida interior. Imagino lo que representa sus contextos, en el diálogo secreto que podrá tener lugar entre la obra y artista, donde su consciencia, sus valores, las manifestaciones de sus sentimientos los exponen en el lienzo. Por ello, afirmo que sus pinturas son sueños, uniones que representan su mundo que se entrelazan de inmediatamente con la mente inconsciente, proveyendo de significantes su ímpetu para el desarrollar su arte.
Su estilo de pintura es una realidad lógica donde las imágenes transmiten un sentido de nostalgia, de misterio o de ensoñación, y una gran sensación de reposo y tranquilidad, en que Blanca Vásquez lo consigue mediante el empleo de recursos iconográficos de objetos, figuras; sombras de silencio, de calor o de nada . Su obra tiene una fuerte composición con sabor a dulce a sosiego, creando mundos paralelos de la artista y de la obra con el espectador.
Me encanta en su obra pictórica extraer su lenguaje poético que me traslada al enigmático del mundo de sus sensaciones, de la esencia de su intimidad, para darle el valor absoluto a su arte.
Víctor Manuel Guzmán Villena
1 de enero del 2015
Fotografía de Jorge Benálcazar
Ibarra-Ecuador/ 2015