La obra del artista ruso Andrey Belle -nacido en Minsk en 1957. Graduado en 1983 en la Academia Estatal de Arte y Diseño de San Petersburgo. Desde el año 1985 participa activamente de la vida artística de Leningrado-San Petersburgo- había creado en muchos críticos de arte y curadores una confusión. En efecto, todos los criterios sugerían que el artista no tenía ninguna posibilidad de éxito. Pero el tiempo ha demostrado que estaban muy equivocados. Su éxito es innegable, su talento creativo es reconocido por los principales centros culturales y artísticos del mundo y por el gran público que en diferentes partes del mundo ha contemplando su obra tan expresiva en deseos, en los sentidos, en la languidez sexual, desprovistas de pasiones.
Su obra es sensual y romántico, con mucho hermético en sus definiciones plásticas. Es impenetrable, ya que existente un acuerdo con lógica del arte para sucumbir a la razón creadora de la figura donde está presente la intuición, la espiritualidad y la banalidad, la rutina y las debilidades de los dramas de amar y odiar. Por ello su arte es textual, existencial, dando un enfoque arquetípico donde se percibe un efecto de inercia.
Por tanto el trabajo de Andrey Belle debe verse en el contexto de un nuevo interés por un arte alegre, un arte que se basa en la respuesta emocional, con ritmos y tensiones con asociaciones de la tentación que son puramente visuales, desbordante en una lasciva sensualidad plena de sentido.

especie de sugestión.
Aquí se encuentra la poesía visual de Belle, donde casi se toca la carne deseada que se difumina en colores y que pasamos de la realidad a la ilusión o viceversa, dependiendo de las sensaciones que le produzca el ver la obra al espectador.
Víctor Manuel Guzmán Villena