De Ángel, pintor realista, nace en la ciudad de Barcelona en 1966, donde se forma de manera autodidacta en el mundo de la pintura, mientras compagina sus estudios de diseño gráfico en la escuela de artes Llotja y trabaja en diferentes campos artísticos, como la fotografía, la ilustración y el diseño gráfico.
Después de esta etapa, colabora con marchantes de Chicago (USA) realizando óleos de paisajes y bodegones. Participa ocasionalmente en exposiciones colectivas e individuales, pues preferentemente da a conocer sus obras de forma personal a particulares y empresas, como es el caso de la colección Lotus-IBM, formada por una veintena de óleos, que se encuentran en la sede de ésta en Madrid.
Le han sido concedidos diversos premios de dibujo y pintura. El último en su haber, el primer premio de la fundación privada Reddis, le fue otorgado el pasado año en la convocatoria que realiza anualmente dicha fundación.
A partir del año 2002 se dedica en exclusiva a la pintura, dejando a un lado todos los demás campos y trabajando en su estudio de Ciutat Vella, en el que produce la obra que ahora se nos empieza a mostrar.
Pintor de carácter realista, en cuya primera etapa encontramos un acercamiento al surrealismo; y en el conjunto de su obra, la admiración por los grandes clásicos de la pintura española, como Velázquez y Fortuny. Técnicamente esmerado, se refleja la importancia que el artista da al dibujo cuidado y a la calidad pictórica, para transmitirnos una obra intimista, en la que el misterio y la poesía se mezclan.
En cuanto a la temática, hay un gusto por situar las figuras en espacios abiertos, quizá por un intento de evadirse de la estrechez de paredes e ideas, de la vida que nos rodea. En sus obras encontramos desde la mirada siempre interrogante de un niño al desarraigo de la mujer de hoy en día. Practica una aguda visión psicológica con la intención de establecer un dialogo con el espectador, a lo que el artista da una especial importancia, induciendo a encontrar esa realidad mágica que cada uno de nosotros llevamos en el interior más profundo.
Podemos encontrar desde la mirada siempre interrogante de un niño, al desarraigo de la mujer de hoy en día, motivado por la lucha interior entre su propio instinto y la realidad de los tiempos que corren. En obras de realización más reciente, el autor aumenta su percepción de lo cotidiano, que expresa a través de la representación de los objetos que nos rodean habitualmente, en los que encuentra la belleza que encierra lo pequeño, lo antiguo y lo deteriorado por el paso del tiempo, que le otorga la capacidad de conmovernos, si somos capaces de descubrir el mensaje que albergan.